sábado, 24 de julio de 2010

anoche faltó baile, había de todo, pero no había baile. nadie bailaba, estábamos todos dispersos. faltó esa conexión genuina entre pibitos que se mueven siguiendo el ritmo de las ondas sonoras que golpean contra el cuerpo, siendo atravesados por un lazo invisible que los convierte, mientras esa situación se mantenga, en una pequeña constelación.

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