miércoles, 27 de abril de 2011

como una fiebre, el sudor en la frente y el vómito. el vómito en la panza, o sea el todavía no-vómito, porque no fue vomitado. entonces el conjunto de cosas que dan vueltas en mi estómago y que atentan con salir violentamente. el alcohol, el alcohol que hiede, o mi piel que hiede a alcohol por cada poro que tiene sobre ella. el frío, el frío y la fiebre, el frío y la noche, el frío y el patio. las piernas desnudas, un boxer y sólo una camisa roja a cuadros. el pecho de mi novio, el pecho de mi novio contra mi espalda, y sus brazos, sus brazos alrededor de mi cuerpo. me abraza y me/nos tapa con una frazada. o sea, extiende los brazos sobre mí/él, sosteniendo en cada mano un extremo de la frazada, al abrazarme me/nos cubre abrigándome/nos. y yo tiemblo, tiemblo y tengo espasmos, espasmos horribles y dolores, dolores y tal vez fiebre, me falta el aire y no entiendo, no entiendo nada. mi cabeza me pesa, quiero que se caiga, que se caiga y ruede y quede en otra parte, en otra parte que no sea mi cuerpo, que no sea sobre mi cuello que ya no la aguanta. qué voy a hacer mañana? -pienso- cuando el alcohol sólo sea dolores musculares, malestares estomacales, temblores y dolores de cabeza. cuando ya no pueda culparlo y cuando ya no me exonere de la verguenza. qué voy a hacer? qué voy a hacer frente a él? frente a mí? estoy en la casa de sus amigos, sin saber cómo ni cuándo me emborraché. el alcohol se abrió paso, no sé, irrumpió por mi sangre, llegó a mi cerebro y afecto mi sistema nervioso. no sé si funciona así, si así será el proceso, yo pienso que es medio así, debe ser medio así. igual no importa, sea como sea que haya sido pasó y el alcohol ahora me maneja, me controla, me despersonifica. en este patio de la casa de los amigos de mi novio, sobre un banco, entre algunas platas, de noche y con frío. él me abraza y me da besos en la nuca, y yo no existo, existo pero en otra parte, de otra forma, con otro cuerpo capaz. ahí sólo hay un cúmulo de malestar, un cúmulo dolorido de dolores, un cúmulo dolorido de dolores y borracho que él abraza. mañana va a ser peor y durante la semana voy a tener miedo, mucho miedo, por la incertidumbre que me generan las relaciones humanas.

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