lunes, 13 de diciembre de 2010

convivimos cada día con árboles hermosos que son buenos amigos que nos salvan una y otra vez con sus hojas y flores multicolores a lo largo de lo gris de la ciudad pero también convivimos con objetos fascinantes que nos rodean y nos atraen y nos maravillan, producto de un capitalismo salvaje al que en el fondo nos acostumbramos. el sujeto maravillado por la prolifeación de objetos se convierte paulatinamente en otro objeto. no dejo de pensar en un par de zapatos que vi hace menos de una hora por calle 48, estoy decidido a ir a comprarlos sin importar el precio cuando el sol baje. la combinación de naturaleza perfecta e incuestionable y mercancias que nos alegran efímeramente la vida me parece siniestra, pero aún así sigo comprando. cosas que pienso a esta hora del día mientras miro por el balcón de mi casa que da a un gran árbol hermoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario