lunes, 7 de marzo de 2011

como todas esas tucas que flotan sobre el agua yo también floto. en realidad no, porque estoy sentado un poco más acá, pero imagino que floto, sí, como esas tucas. todas esas tucas que se pegaron al fondo de mi bolso y tuve que sacarlas una por una y arrojarlas al agua como ofrenda, como un ritual de amor anónimo silencioso escondido. un ritual para vos pero del que vos no tenés idea. no sé qué pienso de todo ésto, es la confusión del verano de los días sin nombre la constancia de dogras y el amor o la idea que nos armamos de lo que es el amor. tengo ganas de ir a fiestas con vos y que bailes como bailás, tan libre y espontaneo, con tanta onda. que bailes conmigo y mirarte a los ojos en la pista y sonreirte porque te ves hermoso bailando ahí bajo las luces y entre un montón de gente que ni conocemos pero que jamás podrían ni siquiera soñar con alcanzar un poco de tu genialidad cuando estás en movimiento y en contacto con la música. quiero ir con vos a todas esas fiestas repletas de extraños en lugares lejanísimos o acá a la vuelta y volver caminando a casa con vos. no sé, esas cosas son, no sé cómo explicarlo, no sé si puedo tampoco. y me encuentro caminando bajo el sol o tirado en una plaza re loco sin saber ni siquiera qué hora es, porque no me importa, porque el tiempo con vos se cuenta distinto, o no se cuenta directamente. te sacás la remera, te rapás la cabeza, vamos a ver las naves espaciales que encontramos escondidas en la ciudad. las tucas se fueron, yo también me voy, con vos.

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