viernes, 11 de marzo de 2011

era caminar, caminar por 55 a las siete de la tarde, los colores son más lindos a esa hora. las formas de los edificios, las casas y sus plantas se vuelven más familiares, cercanas, no sé. vos caminabas a centímetros al lado mio. de tanto en tanto alguno se acercaba de más y nuestros brazos se rozaban, nos deteníamos y me dabas un beso, el beso más tierno, debajo de las ramas de algún árbol en algún barrio que desconocías de la ciudad de la plata.

la plata se lleva bien con vos, te tira onda, le gustás. seguro te das cuenta. una vez me contaste que ya habías venido, una sola vez. nunca supe para qué, a qué viniste, no pregunté tampoco, no sé si me interesa saberlo, no soy de los que hacen muchas preguntas. me gusta saber poco, no sé. de otra forma tal vez me decepcione, como me decepcionan las ventanas cerradas, así, ese tipo de decepción. miraba los colores del cielo, a esa hora explotan, el cielo es un mar de emociones, lleno de manchas, hematomas coloridas. me encanta.

me gusta cuando me abrazás por la espalda y tus brazos hacen un recorrido perfecto a través de mi cuerpo. por un segundo no me llega el aire, es la sensación, el momento ese siempre es perfecto. vos no tenés idea igual. todo el tiempo pienso en escribir, pero rara vez lo hago. es complicado, con vos me cuesta, me limito. a veces escribo cosas que no llego a concluir. esta va a ser una. el día ese terminamos muy borrachos en parque saavedra hablando de enamoramiento, pero seguramente era el alcohol y las drogas.

o no.

1 comentario:

  1. las citas siempre son buenas historias.
    son un enjambre de espectativas zumbando sobre un mar de posibles decepciones.

    siempre es bueno tenerlas.
    o no.

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