jueves, 3 de junio de 2010

Me defino idealista, al menos por estos días. Idealista postpunk peronista. Me siento lleno de un optimismo casi absurdo. Pero lo disfruto y pienso pienso pienso y después duermo. Quiero volver a la época de los cineclubs, debatir largo y tendido sobre cine, aprender de la experiencia colectiva, entre pares, ya no anónima. Reclamo nuevos espacios, para el análisis, para la discusión. Armar una pequeña revista, casi artesanal (idea más que absurda en la era de internet y de los blogs multifacéticos) y hacerla llegar a muchas personas, quienes luego se interesarán y se unirán al espacio. Estoy ingenuo, naif naif. Seamos todos un poquito más absurdos.

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