domingo, 6 de junio de 2010

Ver La nube errante a las ocho de la mañana después de todo el periplo nocturno es impresionante. Esa película es inagotable. Podría verla miles de veces. Adoro ver una película así, sobre todo cuando ayer se discutió sobre Campanella, el nuevo orgullito nacional corte hollywood barrial. Me deprime tanto.

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