miércoles, 19 de mayo de 2010

Soñé.

Soñé que estábamos en clase de guión y bardeé. Bardeé feo a alguien. Nuevas ayudantes, extrañas y que no conocía. Jimena estaba sentada con nosotros. Paz y Antonela conmigo. Las ayudantes se chapaban, sólo Jimena y yo lo vimos. Y bardeé, bardeé feo. Y vino alguien, una ayudante, uniformada como las demás (sí, tenían uniforme de color violeta si mal no recuerdo). Sólo el gordo estaba igual que siempre. Esta mujer del uniforme me hablaba desde atrás. En un momento me habló de Dios, y me garró de los brazos. Sentí miedo. Lo que sigue es confuso, no lo recuerdo con precisión. Tengo tan solo imágenes desperdigadas y ordenadas arbitrariamente. Los pasillos de un hotel, la escalera de un hotel, muy similar al hotel en el que me crie. Una mucama gorda, que limpiaba y algo me decía. Bajaba estas escaleras repetidas veces. Una habitación y un hombre dormido en la cama ¿acaso dormí con él? Era confuso. Tengo ecos de un casino lindante. ¿Por qué subía tanto o bajaba tanto estas escaleras? A algún lugar iba, a un lugar importante, en compañia de un chico, bastante lindo. Pero debía interrumpir el periplo y volver por estas escaleras a esta habitación. Hubo una muerte, y eso lo recuerdo. No sé de quién. De alguien adulto, un hombre. O tal vez nada que ver. Pero tengo el recuerdo de una muerte, y mientras charlaba con alguien, que no recuerdo, pensaba: ahora lo decís, ya está muerto. Y después, o tal vez antes, estaba en una casa que desconocía en compañía de alguien, de un chico. No lo ubico, no lo recuerdo, ni mi relación con él. Era casi de madrugada. Él esperaba a una chica que debía llegar y a las seis se iba a trabajar. Y no llegaba. Él puteaba mirando la pantalla de un televisor apagado. En una habitación de la planta baja estaba Mariano, dormía, creo. Conmigo nunca hablaba. Hablaba con este chico que no sé quién era. Mariano vivía ahí, y dormía en esa pieza. Yo lo conocía, pero no hablábamos. Me quedaba a dormir, me parece. En la pieza que estaba frente a la de Mariano. Ambas puertas abiertas y enfrentadas. Yo lo miraba dormir a Mariano, eso recuerdo. Escuchaba pasos, estaba oscuro. Pero podía ver. Después salí, estaban Antonela y Paz. Era de día y había una feria enorme, gigante, que parecía de playa, no recuerdo ver o escuchar el mar en ningún momento. Pero tal vez sólo es mi forma de recordarlo. Mariano también sale, entra a un auto y duerme dentro de él, a la luz del día. Era una imagen linda. En el sueño lo miraba dormir ahí adentro. No recuerdo con precisión. Tengo la impresión de que un acto de homofobia grande soñé, violento. Una muerte ¿la muerte de quién? Yo tenía miedo y siempre escapaba. Y esas escaleras, el hotel, una cochera. Algunos primos mios, y un auto, o camioneta. Había que escapar y yo quería manejar a toda costa. Lo que sigue es confuso, también lo es todo lo anterior. Y lo que está en mi cabeza en este momento. Geografías privadas interminables y extrañas, los sueños.

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